domingo, 20 de julio de 2008

Prólogo finito / El mal presagio...

Palabras

Palabras huecas
Que guardan
Que esconden
Lo que uno
en realidad
quiere decir

Lo que se siente
con palabras
Lo que se vive
con palabras
Tiene algo indescifrable
Lo que los tiempos remotos
no pueden retener

Si respiró
Si pudo
Si detrás

Hoy he recuperado
mis palabras
Y ellas
han recuperado aire,
bocanadas

Ahora si de verdad
hemos logrado paz,
eso no van a verlo
en estas líneas

(Abril, 1991)


Hoy, buscando un homenaje, me topé con éste poema, uno de los tantos que hablan sobre la recuperación del espacio y del lenguaje, y con ellos, de la pena y del conflicto.

Me pareció interesante, a casi veinte años, reconocerme en él; no porque yo no haya cambiado, sino porque justamente sí lo he hecho, y con ello las palabras, y con las palabras, el conflicto...

Pero no era esto lo que estaba buscando. Sino lo que sigue. A casi veinte años a tu lado, hay algo que no cambia: mi amor por vos.
Feliz aniversario!


El mal presagio se esfumó
como una hoguera olvidada
en la arena.
Vino a beber el tiempo de mí,
y vimos el lento renacer
de mis manos escarpadas
como quien ve en secreto
ese beso furtivo que acabó
con el último grillete.
Somos el arma tenaz
de nuestro amor,
y por nosotros
he vuelto
a hablar de mí.
Por eso,
especialmente por eso,
voy a dedicarte
mi libertad para crear

(Julio, 1992)


Te amo. Yo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo también, hasta el cielo.