sábado, 29 de diciembre de 2007

A mí mismo

Mi guitarra no necesita callar.
Suele esperar en su estuche negro,
distendiendo las cuerdas, reprimiendo las ganas,
confiada porque sabe que su ataúd no será ése:
ya lo hemos probado, y los dos no cabemos.

Así vibra, con más fuerza cuando nos encontramos
sin horas y sin lágrimas, ya que refugiarme en ella
con mi pena sería traicionar su magia para mí.
Así cada uno sufre por su lado, pero juntos...
No hay más que comprobar
lo que la satisfacción de gozarnos
refleja en esos ensayos de felicidad.

Con ella, con ella mis dedos son.
Mis dedos toman entonces el sabor de la sangre,
porque las cuerdas metálicas se humedecen con su fuerza,
y se van oxidando poco a poco,
aprehendiendo ese sabor rítmico, que impregna mis manos,
y prolonga por horas mi sonrisa.

A mi guitarra, esa voladora que siempre regresa,
a ella dedico mi canción en homenaje.
Porque como una fruta, unida a la madera
por un haz indisoluble de necesidad y continuación,
a nosotros nos mantiene una unión muy parecida:

Las frutas maduran y cortan sus cabos;
van cayendo, pasado a futuro.
Nuestra maduración tal vez
espera la madera del árbol para construir el ataúd.

Quizá sólo el presente sea la diferencia;

O quizá simplemente nuestra música.

(15-07-1986)


Bueno... no creo equivocarme si digo que éste es el poema más antiguo que posteo. Sus protagonistas -lo prometido- son los mismos del anterior.

Muchas veces me replanteé si no era demasiada promesa ser enterrado con mi más antigua compañera, sobre todo pensando los años que la promesa tiene, y a los años de quien la propuso...

Pero hoy tengo claro que mi guitarra ira conmigo, a este y a todos los mundos, porque es una parte indisoluble de mi ser, por más que hoy la tenga al lado de la cama y sólo la acaricie de vez en cuando, refunfuñando por mi desesperante falta de digitación y memoria.

Aunque la memoria me indique lo contrario.

Feliz año para todos!!
Nico

viernes, 21 de diciembre de 2007

En la región recíproca

En la región recíproca
Donde lo antiguo
y lo moderno coexisten
Ella todavía espera

Si abro la luz, la toco,
le quito el polvo
a su encofrado,
ella me mira
con sus ojos
de nene que no entiende

¿Qué puedo decirle?
¿Que la pasión
y la fusión
y el canto
quedaron al otro lado
del futuro?

Es que tampoco yo
tengo esa llave
Nos encontramos aún
en la región recíproca
donde lo viejo y lo nuevo
nos conciernen


(10/05/2001)


Este poema está dedicado a mi guitarra, esa amante abandonada que por alguna razón no hago presente, pero que siempre estará en mi vida como un poderoso virus latente, para recordarme mi lado más humano.

En estos días posteo otro poema que le dediqué, de otra época muy anterior, para que entiendan de qué les hablo.

domingo, 16 de diciembre de 2007

Alguien me dijo...

Alguien me dijo alguna vez
que los secretos no revelados
son como la espuma
de una verdad
que se presenta a destiempo

Como esa foto única
que ocurre a nuestra espalda
En el instante en que los párpados
En el segundo después de la puerta

¡El Mundo está repleto
de maravillas de otra esquina!

Dicen que lo difícil
es aprender la pausa
que nos evitaría correr
hacia esa revelación inalcanzable

¿Será tan así?
Démonos vuelta y descubrámoslo


(06-12-2004)


El jueves fue el acto de fin de año de Violeta. Como corolario de un año excelente, ofició de maestra de ceremonia. Y además, recibió durante el mismo un presente como mejor compañera. También Manuel recibió este premio el año pasado, durante su acto de graduación.

Recuerdo que también yo, durante mi época escolar, fui honrado con este reconocimiento de los pares. Hoy lo disfruto como una de las distinciones que más alegría me proporciona como padre: que sean buena gente, además de buenos alumnos; y por eso este poema. Porque la felicidad se manifiesta en actos pequeños pero no inesperados.

Y está en nosotros darles un gran lugar.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Así nos va

Y el cielo nocturno
se hizo más y más oscuro
Y el silencio
se hizo eco de la sombra

Y callamos

Para cuando fue
la estrella fugaz
creo que todos
nos simulábamos dormidos
Y yo tampoco pedí


Así nos va

(Ballotage)


Hoy terminé formalmente un curso muy especial, con gente que se transformó en especial con el correr de los meses y las vivencias compartidas.

Pensé en este poema porque resume algunas de las ideas que pusimos en práctica: la necesidad de buscar apoyo, mostrar nuestras dudas y nuestras fortalezas, la predisposición a escuchar y aprender, la importancia del otro.


El texto habla de esas veces en que uno se queda con la palabra en la boca, o cuando no pide -por pudor o lo que sea- y necesita, o cuando se equivoca y se da cuenta. Y todo en un devenir colectivo, no en soledad. Y la moraleja es que siempre estamos a tiempo, y que nos va como decidimos que nos vaya.

Brindo porque nos vaya bien, mejor, o súper. De esta experiencia no me olvido; de Matías y Gustavo no me olvido; y de ustedes no me olvido.

domingo, 2 de diciembre de 2007

A ocho minutos luz...

A ocho minutos luz
de tu sonrisa
no me desploma el viento
ni me deshace la lluvia
En la elaboración de la vida
junto las pocas piezas
Armo el mural de la desdicha
-lo armo lejos-
y te extiendo
mi otra mano de sol

y nos consumo

(13-03-2000)


Hay palabras que tienen esa capacidad de poder ser usadas a la vez con su doble sentido, no? Consumar y consumir. Y muchas veces juego con ellas para expresar lo que me pasa.

Este poema fue escrito en un momento de sozobra, desconcierto y crisis; no de la pareja en sí, sino de sus integrantes. Rescato su luminosidad por sobre todas las cosas, fotografía de la capacidad de los humanos de sobreponerse y sostenerse a pesar del dolor.

Ah, 8 minutos es lo que tarda la luz del sol en llegar hasta aquí, por si hacía falta la referencia...