jueves, 24 de mayo de 2007

Padres Desamorados

Hicimos el amor con mi mujer
por la mañana, un Viernes

Es algo tan poco habitual
que parecía haber estrellas
en el cielo

Después nos quedamos
destapados
aunque empezaba el frío

Es algo tan poco habitual
que parecía no haber puertas
en los cuartos

Y nadie nos llamó

Y no los extrañamos
ni un poquito

(22-04-2007)


El otro día mi hijo Manuel, el mayor, me hizo una escena de celos porque había publicado un poema -y para peor, con foto!-, de Violeta, su hermana más inmediata. Independientemente de explicarle que casi todos los poemas que le dediqué forman parte de un libro, le prometí que haría justicia para con él. Y creo que la mejor forma de hacerlo es quererlo y aceptarlo como es, con todas sus virtudes y sus pocos defectos -jajaja-, preparándonos nosotros para lo que vendrá: la vida sin ellos.

Y ustedes dirán que yo canchereo porque Carolina recién cumplirá cuatro, pero no es eso: digo que es lindo encontrar a la pareja haciendo las cosas que hacía antes de ellos, una manera de volver al origen y recuperar viejos espacios; ellos igual serán lo más importante para siempre.

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