sábado, 23 de febrero de 2008

Punta del Diablo

Un país pequeño
con un mar enorme
Un sendero
bordeado por la luna
y casas bajas
Una cerveza en el portal
Una caricia nocturna
mientras duerme
Toda la prisa lenta,
mesurada,
y la conservación
de la especie
que se aprende
en lugares así

(Ballotage)



Este poema, al igual que el anterior, fue escrito -como su nombre lo indica- en Punta del Diablo, Uruguay.

Yo acababa de ser papá, y la paternidad misma como una nueva presencia me interrogaba con muchos colores. Tenía dudas, tenía miedos, tenía angustias, pero tenía una alegría y una convicción a prueba de todo.

La relación con mis padres no siempre fue bien, y en ése entonces Papá ya estaba internado en un psiquiátrico en Jujuy, y yo no sabía si llegaría a conocer a mi hijo alguna vez -años después hice el intento, en vano-, y mi mayor sombra al respecto era si yo podría construír una relación diferente con mi descendencia.

Catorce años después, puedo reconocer que sí. Como también seguir recordando ése lugar mágico, donde se aprende a conservar la especie, y el amor a la vida por sobre todas las cosas.

Salud.

sábado, 16 de febrero de 2008

Persigo a un animal formidable...

A Papá, siempre huyendo


Persigo a un animal formidable
Qué pocos rastros me ha dejado
Alguna frustración
Algún rechazo
Hacia los bordes
de una locura que me abruma
Cuando lo acoso
lo adulo
lo imagino
Mientras exactamente otro
él me examina
me reta me acusa
De huir
Si en realidad yo lo persigo
A ese animal
que aflora algunas tardes
Me pide que lo abrigue
Mientras mi nocturna vigilia
nos congela a los dos
en un gemido

Persigo al formidable
que me ha herido de muerte
y ha partido


(Ballotage)


Hoy, como muchas otras veces, durante unos momentos del día pensé en vos.

Y en esta particular vocación de escribir que en algún punto nos une.

Y en esta rara vocación de ya no huír que por alguna otra extraña razón hoy también nos une.

sábado, 9 de febrero de 2008

Conozco más lugares...

Conozco más lugares
para esconderse
que lugares
Y puesto a contar
no hay piedra que me salve
Soy el topo de mí
en esta rara
montaña de sucesos
Suceso de montañas
donde nunca está presente
mi arquetipo

Los carteles fluyen
permanezcan sentados
por favor no fumen
ajústense a sus vidas
Y la raíz de todo
enmarañándose
y hundiéndose...

Mi soledad
es una sábana de laja
Pero igual puedo
dormir encima
y ver la Luna
las nubes pasajeras
los millones de estrellas

Tantos lugares
donde esconderse
y me encontraste

(Febrero, 2008)


Interesante ejercicio sentarse al teclado y ver qué sale. Hace mucho que no hacía el ejercicio, y es la primera vez que lo comparto tan de primer modo, directamente sobre el blog.

Mañana, o pasado, leeré ; y veré.

sábado, 2 de febrero de 2008

Ya no descarto las señales...

Ya no descarto las señales
que va dejando la marea
con sus ciclos
Doblo la voz y la vivencia
hacia donde se voltearon
tus ojos
Y acumulo fragmentos
de experiencia humana
Algo desordenados
e inconclusos es cierto
Pero no importa tanto
la forma ni el sentido
Sino tener en vista
en el morral y a la mano
para cuándo


(Junio, 2000)


Aqui sentado en una confitería frente al mar, disfruto la lucha con los elementos tecnológicos. La conectividad se nos presenta como una dama esquiva: coquetea, nos seduce, se nos ofrece, pero en algún momento se difumina, mira para otro lado, nos deja afuera...

Volviendo al poema, hoy es cuándo. No tengo dudas que aún con las dudas, hoy los fragmentos de experiencia humana conforman un todo; hoy tengo en mi morral ya suficiente como para meter la mano y ver qué sale.

Y a mi manera soy feliz. Es la sorpresa más grata que puede ofrecerme mi alma en estos días.