No hay nada que hacerle,
Dotora.
Me duele la Luna
en un costado
casi tanto como el reproche
de su sencia
(Julio, 2000)
El otro día concurrí a control con una médica clínica, y además de recetarme toda una caterva de análisis, estudios y algunas yerbas, me sermoneó como a un chico por algunas rutinas que consideró no muy sanas -café, posturas, sueño, alimentos, niños en la cama y no sé cuántas más!- A esta altura no sé cómo estoy vivo...
Pero es que sí sé. Y por eso además voy a hacerle caso, voy a cuidarme más, voy a estirarme más, voy a doblarme más, voy a quererme más.
Por que sí sé. Pero a veces parece que lo olvido.
domingo, 19 de abril de 2009
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