sábado, 24 de noviembre de 2007

Tus ojos...

Tus ojos tan azul gris discutible
Tu vertiginosa espalda a dos lunares
Tu mal pasado persistente y nublo
Tu caja con tu eme
Tu cerrojo
Todo lo extraño a tientas
en estas tardes de sombra
con abrojos
De colmenares atenazados a ceniza
Mirándome vagar
para aterrizar a tu junto
y abrazarte
Que es como un Dios
que no sabe que es
pero lo intuye,
exultante y avergonzado


(03-05-2000)


Muchas veces hablo de ella. Y muchas veces me pierdo en la vertiginosa urgencia de las rutinas. Pero nunca la olvido y siempre vuelvo. Porque ella es a mi vida como la vida misma.

1 comentario:

Mariana Porta dijo...

Wow!!!! me copé!!! Que ella se sienta muy feliz con este poema!!