domingo, 2 de diciembre de 2007

A ocho minutos luz...

A ocho minutos luz
de tu sonrisa
no me desploma el viento
ni me deshace la lluvia
En la elaboración de la vida
junto las pocas piezas
Armo el mural de la desdicha
-lo armo lejos-
y te extiendo
mi otra mano de sol

y nos consumo

(13-03-2000)


Hay palabras que tienen esa capacidad de poder ser usadas a la vez con su doble sentido, no? Consumar y consumir. Y muchas veces juego con ellas para expresar lo que me pasa.

Este poema fue escrito en un momento de sozobra, desconcierto y crisis; no de la pareja en sí, sino de sus integrantes. Rescato su luminosidad por sobre todas las cosas, fotografía de la capacidad de los humanos de sobreponerse y sostenerse a pesar del dolor.

Ah, 8 minutos es lo que tarda la luz del sol en llegar hasta aquí, por si hacía falta la referencia...

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