domingo, 17 de junio de 2007

Revelación diurna

Era un viaje muy largo
cuando te dimos el nombre
Carolina Belén
La estrella
que guiaba a los reyes

Creo que desde entonces
no he dejado de seguirte
como a un pequeño
Sol particular
que me ilumina
más allá de toda duda

Después de vos
mi noche ya no tiene
más sombras

(26/05/2007)


Muchas, muchas cosas. Muchos recuerdos. Es así.

En el verano de 2003 hicimos un hermoso viaje por la costa, Buenos Aires, Río Negro, Chubut. Mar, arena, piedra, colonias de animales. Sur de este lado. Luego cruzamos la patagonia hacia la montaña. Hicimos campamento, parques nacionales, lagos, selva. Sur del otro lado. Y nos volvimos siguiendo la cordillera, Esquel, Bolsón, Neuquén, Desierto, Hogar.

Fue un viaje especial en todos los sentidos, por lo largo, por lo completo, por lo mágico del momento. Marce llevaba dos meses de embarazo, y en las horas de ruta, entre compu y pueblos, entre lluvia y paisajes, buscamos el nombre entre todos. Así como entre todos, años antes, le pedimos a una estrella fugaz -también en el sur y al pie del Lanín- que nos hiciese este regalo.

La noche por dos; la hago y la disfruto. Y ella me lo devuelve así.




1 comentario:

Mariana Porta dijo...

¡Qué hermosura Nico!!! Estoy segura de que son las cosas que realmente sentiremos que contruimos cuando llegue la hora de evaluar: esos momentos especiales con los que queremos. Aunque sean fugaces, son los más perdurables porque templan el alma. Un saludo a Marcela, tu compañera de ruta. Sin buena compañía no se puede viajar tan felizmente.